lunes, 5 de marzo de 2007

pequecorrs

bueno, yo creo que ya todos, o casi todos (wooooooo, he puesto una o sin tilde!!! si lo leyera Lola.... XD ), saben de la existencia de ésta serie. Para los que no, os la cuento: Un día mi hermana Cristi (Cris para todos los que quieran vivir jajaja) me dijo: "pues podrías escribir una historia de The Corrs de cuando fueran chicos". Pues bueno, escribí un cuentecillo, y claro, le gustó, y me dijo de escribir otro. Yo me divertía haciéndolo, así que seguí y seguí. Ya van 200 páginas ó más XD pero también sabréis que ya lo dejé de escribir hace cosa de un año por cosas de la vida (donde incluyo las ganas XD )

pues ea, que os recupero el primer capítulo para que podáis recordar lo que fueron tiempos mejores (eso y porque así no cuelgo solo cosas "sensiblonas" :-P )

Dundalk, 1977. Una chica de 4 años corretea por la casa. Le sigue otra, un año menor. Caroline, la mayor, se esconde detrás del sofá. Andrea la sigue.

- Andrea vete, sino Sharon nos encontrará antes.
- Pero yo no quero. Yo quero estar contigo - replicaba la pequeña.
- Mira, vete con Jim, él te esconderá - se apresuró a decir Caroline.

Jim, un chico de 13 años, corría también a esconderse. Se giró, cogió a Andrea y siguió corriendo. Entraron en una habitación y Jim abrió el cubo de la ropa sucia, donde metió a su hermana.

- Quédate aquí, ¿vale? Y, sobre todo, no hagas ruido. No querrás que te encuentre…
- ¡¡NO!! Ahora vete, que aquí no cabes. ¡Corre!

Jim salió de la habitación y continuó buscando un lugar donde esconderse. Finalmente se metió en una caja vacía que había cerca de la entrada.

- ¡¡98, 99, y 100!! ¡¡¡VOY!!!

Sharon, de 7 años, levantó la cabeza de la almohada y se dispuso a buscar a sus tres hermanos. Registrando, llegó hasta la entrada.

- ¡¡Atchis!!
- ¿Desde cuándo estornudan las cajas? - Sharon abrió la caja y vió a su hermano Jim en ella.

Comenzó la carrera hacia la habitación, pero Sharon era más rápida, por lo que Jim no se pudo salvar, su esperanza estaba ahora en sus hermanas.Al rato Sharon y Caroline aparecieron corriendo por la puerta. Ya solo quedaba Andrea. El tiempo pasaba y Sharon no la encontraba. De repente se abrió la puerta y apareció la pequeña Andrea con una cara algo rara.

- ¡Corre Andrea sálvanos, corre! - dijo Jim
- Caaaaaaroliiiiiiiineeeee, me hago piiiiiiiiiiis
- En vaya momento enana- le dijo Jim de malas maneras.
- Jooooooo………….¡¡¡BUAAAAAAAA!!! - Andrea comenzó a llorar
- Tú a ver si te callas cabezota - dijo Caroline a Jim . Vamos, yo te llevo al baño, pero deja de llorar.

Acto seguido, Caroline le dio la mano a su hermana y las dos salieron de la habitación, no sin antes Caroline echarle una mirada asesina a Jim. Las dos se encaminaron al baño, cuando se cruzaron con Sharon.

- ¡Eh! ¿Dónde vais? No me digáis que ya no vais a jugar………….Andrea, cariño, ¿qué te pasa? ¿por qué lloras?
- Eso vas y se lo preguntas a Jim, que es tonto - dijo Caroline bastante enfadada.

La mayor de las hermanas entró en la habitación.

- Mira, como vuelvas a hacer llorar a Andrea te la cargas, se lo diré a mamá y a papá.
- Uys, qué miedo me das. Y ahora vete, que esta es mi habitación - Jim la empujó fuera y cerró de un portazo.
- Caroline tenía razón, Jim es tonto.

Mientras, en el baño…….

- Andrea, venga, no llores más, que te pones muy fea. Ahora bajamos y cogemos galletas y luego le echamos la culpa a Jim, ¿vale?
- Chi………..¡pero de las de chocolate!
- Sí, de las que quieras. Vamos.

Las dos bajaron y se dirigieron a la cocina. Arrimaron una silla y se subieron a un mueble, desde el que alcanzarían el bote con las galletas. Las dos estaban subidas cuando, en un pequeño descuido, Caroline se cayó al suelo, haciéndose una herida en la rodilla.

- ¡¡¡MAMA!!! ¡¡¡¡AAAAAAHHHHHHH!!!! - Caroline empezó a gritar y a llorar.

Andrea bajó del mueble y se acercó a Caroline. Entonces echó a correr hacia arriba. En las escaleras estaba Sharon, que había salido al oír los gritos.

- ¿Qué pasa? Andrea, ¿qué ha pasado?
- La Caroline sa caído y tiene pupa y sangre y le duele y tiene sangre y llora.....
- Vale, ve a avisar a Jim, corre, y dile que se de mucha prisa.

Sharon bajó las escaleras y se dirigió a la cocina. Caroline lloraba cada vez más. La sangre no paraba de salir, y Sharon se empezaba a asustar de verdad.

- ¡¡¡¡¡JIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIM!!!!! ¡¡BAJA YA!!

En ese instante apareció Jim, y pudo contemplar la escena: Sharon muy asustada al lado de Caroline que, desconsolada, no dejaba de gritar. Andrea había empezado también a llorar.Jim cogió a Caroline y se la llevó al baño. Sharon y Andrea le siguieron. Jim le limpió la herida a su hermana y se la curó. Todo había sido un mal susto. Entonces las dos peques dejaron de llorar. A Sharon le volvió el color y Jim se sentó en el suelo: él sí que se había asustado.El único chico de los cuatro hermanos cogió a sus tres hermanas pequeñas y se las llevó fuera de casa.

- ¿Anone vamos Jim? - preguntó Andrea, aún con la voz temblorosa.
- Eso, ¿dónde vamos nene? - insistió Sharon.
- Es una sorpresa, sed pacientes, no está muy lejos.
- Jiiim, a mí me duele la rodilla - dijo Caroline.
- ¡Sube! - Jim se agachó y Caroline se subió a su espalda.
- Yo tamién quero - dijo Andrea, que le había dado envidia de su hermana.
- ¡Toma, y yo! - le dijo Sharon - pero es que tú puedes andar y Caroline no.
- Tranquila enana, otro día te llevo a tí. En cuanto a tí Sharon.........vaaaaaale, a tí también.
- Gracias, si ya sabía yo que en el fondo no eras tan malo - y acto seguido Sharon besó a Jim en la mejilla.

Anduvieron un rato más, hasta que pararon al llegar a una heladería. Los cuatro entraron y se sentaron.

- ¡Cómo mola! Yo quero un helao de nata con un poco de silape de chocolate por arriba y con camelo por abajo y con cuacahuetes - pidió Andrea a la camarera que se les había acercado para apuntarles el pedido.
- Eso que ha pedido ella es lo mismo que yo quiero - dijo Caroline.

La camarera miró a Jim con cara extrañada.

- Le traduzco. Han pedido un helado de nata con sirope de chocolate por encima y, en el fondo de la copa, caramelo con cacahuetes. Yo quiero lo mismo, pero que el sirope sea de fresa - dijo Jim.
- Vale, ahora sí que está apuntado. Gracias chico - dijo la camarera - ¿y la guapa señorita qué quiere?
- Pues yo quiero un helado de vainilla con tropezones de chocolate, gracias.
- ¿Y por qué nos invitas, Jim? ¿Te ha dado el dinero mamá? - le preguntó Caroline.
- No, no es eso, es solo que me sentía culpable por haber hecho llorar antes a Andrea, y como luego nos hemos asustado mucho todos con lo de la caída, pues he decidido invitaros. Tampoco soy un agarrado.
- Vaya que no - dijo Sharon.
- ¿Cómo? Repite eso ahora si puedes - dijo Jim, y acto seguido comenzó a hacerle cosquillas, haciendo que su hermana casi ni pudiese hablar.

Pararon cuando la camarera les llevó los helados. Al de Sharon le habían echado cacahuetes por encima, a pesar de que ella no los había pedido.

- Oye, Sharon, como los cuacahuetes no te gustan, ¿me los das a mí? Porfiiiiiiiiii - suplicó Andrea.
- Si lo dices bien, te los doy.
- ¡Cuacahuetes! Dámelos - Andrea acercó su cuchara al helado de su hermana. Esta retiró la copa.
- No, no lo has dicho bien. Se dice cacahuetes
- ¡Cuacahuetes!
- No, CA-CA-HUE-TES
- ¡CUA-CA-HUE-TES!
- Que así no se dice
- ¿No se dice cuacahuetes? - preguntó Caroline, que ella siempre lo había dicho como Andrea.
- No cariño, se dice cacahuetes - le contestó Jim.
- ¡Cacahuetes! - dijo Caroline- ¿me los das a mí?
- Claro, cógelos.

Caroline arrimó su cuchara al helado de Sharon y cogió los cacahuetes. Andrea la miró con cara de envidia y pena.

- Te los doy si lo dices. Venga, que seguro que esta vez lo dices bien.
- ¡Cuacahuetes! - dijo Andrea ya desesperada.
- ¡Bah! Es igual, toma - dijo Caroline desistiendo y le metió la cuchara en la boca a su hermana, la cual se puso muy contenta.

Cuando terminaron los helados se fueron de vuelta a casa. Al llegar allí, su madre los esperaba en la puerta.
- ¿Se puede saber de dónde venís?
- Pos mamá, yo te lo digo - dijo rápidamente Andrea - Pasa que Jim sa enfadao conmigo porque me hacía pis, y yo he llorao, pero la Caroline ma llevao a coger galletas de chocolate. Entonces sa escurrío y sa caído y le salía sangre. Entonces ha llegao Jim y la ha curao, y la Sharon estaba blanca y yo lloraba y Jim nos ha llevao a comer un helao con cuacahuetes, que estaba mu rico, pero a la Sharon lan echao cuacahuetes, y como no le gustan, pos le he dicho que me los diese, pero ma dicho que no decía bien cuacahuetes y no me los quería dar, pero la Caroline si lo ha dicho bien y ma dao los cuacahuetes de la Sharon.
- Anda, pasad - dijo Jean - Y contigo ya hablaré - dijo dirigiéndose a Jim - estaba muy preocupada, ¿no sabes dejar una nota? En fin, ve a ducharte, que en nada estará la cena.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Así Asií de vez en cuandno nos tienes que dar descansillos ocn cosas alegres :p

Kevin dijo...

No me he leído ninguna historia de the Corrs en mi vida y año y medio que llevo en los foros como empezar ahora xDDDD

Besos a Puetollano!

Anónimo dijo...

Cuacahuetes!!!!!!!!!!!!!!!!!

Cuanto tiempo!!!

Soni ya sabes que me encanta tu serie, la de risas que me he echado con ella XDDD

NO cambies nunca preciosa!!!!

Besos

MMDD

Anónimo dijo...

woo!! que de tiempo sin leer uno!!

un dia de estos me tienes que leer otro, que asi mola mas que si lo leo yo pa mis adentros XD

Piper dijo...

Tati, la 'o' sólo va con tilde cuando va entre números, para diferenciarla del 0. XDDD

Por cierto, los cacahuetes me dan alergia y sabéis por qué??? Pues yo no tengo ni idea, porque me dan alergia los frutos secos; pero el cacahuete no lo es. (Seguro qué pensáis, 'y qué es sino??' Pues es, aunque no lo creáis, una leguminosa, como las lentejas). =P